jueves, 8 de septiembre de 2011

mamá

Claramente lo que despierta en mí va más allá de la sangre irrevocable y eterna que nos une, es mucho más que la simple palabra que pronuncié por primera vez con gran empeño y perseverancia. Es lo que me forma, lo que me conforma y lo que me hace e indica ser. Son sus duras manos, debilitadas por los años, sus pulseras que la acompañan en su andar como símbolo de personalidad. Su manera tan eficaz de conmocionarme hasta el alma con sus sabias palabras. Su facilidad para ahuyentar a los fantasmas que me distorsionan la tranquilidad para proclamar su himno de la felicidad con su dote de positivismo que genera en mí paz. Sus largas y flacas piernas que siempre anhele tener, sus gruesos cabellos desgastados de pigmentos por el tiempo que ella hace retrasar por la juventud que inunda su alma. Sus ojos, su nariz y su boca, el cable a tierra que deseo cuando todo esta borroso y gris. Posee el corazón más grande que alguna vez pude sentir, porque en sus abrazos encontré la sinceridad que necesito, para quitar de mi la hipocresía que envuelve mis días. Su radiante perfección de inmaculada mujer, que lucho desde sus principios por estar mejor, sin tener que regatear en nada ni en nadie, ya que ella sola, todo lo puede. Es mi estrella, y mi luz. La convicción y el poder hecho carne y hueso. Me sorprende cada día más lo fuerte y decisiva que es, no puedo comprender que dicho ser con tanta pureza sea real, y para rematar, es mi fiel y dedicada madre. Que con sus tostadas por la mañana me dan la seguridad que ella siempre va a estar, detrás de cada fracaso y triunfo, para recomendarme el camino que me conviene seguir. Dudo que alguna vez me sienta sola si ella esta en mis pensamientos, es una especie de salvadora ante tanta maldad. La escucho aunque no lo demuestre con facilidad, aprendo de cada fundamento, porque lejos no están de rosar a la verdad. Me enorgullece, me emociona y me hace sentir tan dichosa, el entender por siempre que la vida no es fácil, y menos para ella, pero con su racionalismo y sentimentalismo todo puede mejorar. Los valores que son los ladrillos de la rutina que nos acompaña día a día hacen que cuando esté lejos los sienta cerca, y cuando están cerca se me llene el cuerpo felicidad...

Hay diversos tipos de seres vivos, y creo que mi digna progenitora es la más grande de la especie. Es mi Dios, mi albor y mi paz, mi mamá.

Subestimar lo que siento con un simple y común ‘te quiero’ es mentirte ya que no existen palabras que puedan describir lo que significas y generas en mi.

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